El papa Francisco en su discurso de Domingo de Resurrección pidió que, para calmar los conflictos y las crisis financieras en todo el mundo, los gobiernos alivien sanciones, condonen deudas y cesen el fuego.
El líder católico llamó a la solidaridad en todo el mundo para enfrentar el "desafío de la época" que plantea la pandemia de coronavirus e instó a los líderes políticos en particular a dar esperanza y oportunidad a los trabajadores despedidos.
Francisco dio oraciones especiales por los enfermos, los muertos, los ancianos, los refugiados y los pobres. También ofreció agradecimiento y aliento a los médicos y enfermeras que han trabajado "hasta el agotamiento y con poca frecuencia a expensas de su propia salud".
También exhortó a la Unión Europea a dar un paso adelante al "desafío de la época" planteado por Covid-19 y resistir la tendencia al egoísmo y la división.
Francisco celebró la misa en una basílica casi vacía mientras los fieles lo veían desde casa por televisión o internet.
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