Escuelas cerradas, pobreza creciente, matrimonios obligados y depresión: luego de un año de enfermedad pandémica, todos los indicadores que miden el desarrollo infantil y muchacho han retrocedido, un revés que presagia un estigma duradero para toda una generación, advirtió este jueves Unicef.
Ha incrementado el número de chicos que pasan hambre, que permanecen aislados, maltratados, ansiosos, que viven en la pobreza y que se han observado forzados a casarse", comentó Henrietta Fore, directora ejecutiva del UNICEF, en un reportado emitido al cumplirse un año de que la OMS declarara la enfermedad pandémica de coronavirus.
Su ingreso a la enseñanza, la socialización y los servicios fundamentales que integran salud, nutrición y defensa ha disminuido. Las señales de que los chicos llevarán las marcas de la enfermedad pandémica en los siguientes años son inconfundibles", mencionó Fore en la nota.
Frente a tales efectos "devastadores", la directiva de Unicef instó a colocar a los chicos "en el interior de los esfuerzos de recuperación", en especial "dando prioridad a las escuelas en los planes de reapertura".
Además, por lo menos uno de cada 7 chicos o jóvenes ha pasado la mayoría del año pasado bajo directivas de encierro, lo cual se incrementa la ansiedad, la depresión y el confinamiento.
Por otro lado, el covid-19 además ha causado la suspensión de las campañas de vacunación contra otras patologías, como el sarampión, en 26 territorios, lo cual se incrementa las amenazas para la salud de esos no inmunizados.
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