Dos orcas han causado estragos "con precisión quirúrgica" en las costas de Sudáfrica, luego de que fueron hallados una veintena de cadáveres de tiburones destripados, varados en la arena, desde finales de febrero.
Ralph Watson, biólogo marino de 33 años, de la asociación Marine Dynamics, indicó que los tiburones destripados, 19 eran de nariz plana y ya habían sido alertados por unos turistas.
Las principales sospechosas de las muertes son las orcas Port y Starboard (Babor y Estribor en inglés), bien conocidas por los lugareños, que fueron vistas tres días antes frente a la costa de Gansbaai, pequeño puerto pesquero situado a 160 kilómetros al este de Ciudad del Cabo.
La masacre es la última acción llevada a cabo por el dúo, reconocible por sus aletas dorsales torcidas y especializado en la caza de tiburones.
Alison Towner, experta en tiburones de Dyer Island Conservation Trust, participó en las autopsias y destacó que todos los escualos tenían "marcas de rastrillo" -característicos de las mordeduras de orca- en sus aletas pectorales y su hígado había "desaparecido", precisa.
¿Es un beneficio esto?Pero el dúo infernal, que hace estragos desde hace varios años, es una de las razones de la fuga del gran tiburón blanco de ciertas regiones frente a la costa de Ciudad del Cabo.
Al inicio cazaban tiburones con nariz plana, pero desde 2017 atacan también a los grandes tiburones blancos.
Las dos orcas trabajan en equipo para desgarrar el pecho de su presa y acceder al hígado, órgano "muy nutritivo y rico en lípidos", añade.
Según Simon Elwen, investigador y director de la asociación Sea Search, las primeras observaciones sugieren que Port y Starboard "provienen probablemente de otros lugares como África del Oeste u oriental, o incluso del océano Austral. No se sabe realmente".
A diferencia de sus congéneres, que permanecen en alta mar, las dos orcas son particularmente "costeras". Fueron vistas "desde Namibia hasta la región de Port Elizabeth", unos 800 km al este de Ciudad del Cabo, detalla.
El ataque filmado en 2022 preocupó a los científicos respecto a los riesgos de "transmisión cultural" entre estos animales muy inteligentes, añade Elwen.