Sarah Sands, mujer que apuñaló a su vecino hasta la muerte por abusar de su hijo, recién cumplió su condena de tres años en cárcel por el homicidio de Michael Pleasted, de 77 años, en 2014. La madre argumentó que sus denuncias nunca avanzaron.
"Hice lo que cualquier mamá haría", dijo la mujer que atacó al pedófilo que no fue detenido a pesar de las denuncias. Sarah encontró a su hijo arrancándose el pelo, temblando y llorando, por lo que sospechó que algo malo había ocurrido.
24 condenas por delitos sexuales pesaban sobre Michael, mas las autoridades no actuaban, por ello Sarah decidió hacer justicia por cuenta propia.
Su intención no era matarlo
Sarah Sands bebió dos botellas de vino, volvió a su antiguo piso se arrodilló en el suelo sosteniendo una foto de su hijo, contó para The Sun.
"Me sentía culpable por no haberlo protegido", confesó Sarah que luego se dispusó a enfrentar a Michael, tomó un cuchillo y fue a la casa del abusador.
Aunque inicialmente su intención no era matarlo, planeó usar el cuchillo para amenzarlo, hacerlo confesar y obligarlo a que se declarará culpable. Sin embargo al tocar la puerta y que Michael abriera, el le sonrió y ella lo atacó con el arma punzocortante.
Sands también contó que su vecino usaba identidades falsas y cambiado su nombre para atacar niños.
Michael ofreció trabajo en una tienda al hijo de Sarah, y fue en ese lugar donde abusó de él, luego el joven le contó a su madre de los abusos.
Aunque ella cuenta que perdió el control, afirma que "no es algo que le enorgullece".
"Estoy tranquila, sé que él ya no puede dañar a nadie. Aunque hice algo malo, no soy mala persona", sentenció Sarah Sands.
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