De acuerdo con el medio The Sydney Morning Herald, diagnosticó a la joven disforia de género, es decir una desalineación entre sexo e identidad de género, por lo que aseguró que Langadinos era adecuada para recibir terapia hormonal, en este caso, testosterona, la cual fomenta el desarrollo de características sexuales secundarias masculinas.
Fue en 2012, cuando la joven acudió con Toohey por segunda ocasión, esta vez para que le extirparan quirúrgicamente los senos. Ante esta petición, la experta no encontró "ninguna contradicción" para que ella se sometiera a una mastectomía bilateral, por lo que, en abril de ese mimos año, fue operada.
Cuando la joven cumplió 22 años, acudió por tercera ocasión a la clínica, en donde esta vez le extirparon el útero, ya que la experta aseguró que no podía ver "ninguna contraindicación psiquiátrica para proceder con la histerectomía como parte de la transición de género".
Se arrepintió