La vida de Alex William cambió drásticamente luego de que su pequeña hija de cinco años falleciera en sus brazos por una misteriosa gripe a días antes de festejar la fecha más esperada del año, Navidad y la dejó con el corazón destrozado con su ausencia.
Alex, de 42 años de edad y madre de Isla Wilkinson de 5, realizó desesperadamente un RCP a su hija para intentar salvarla luego de que se derrumbara en su casa la semana pasada, pero no logró ayudarla.
De manera sorprendente, la pequeña de cinco años se quedó sin oxígeno en el cerebro durante veinte largos minutos antes de que los paramédicos lograran revivir su corazón cuando había dejado de latir.
La también madre de Aiden de 9 años y Georgia de 22, reveló que su hija menor falleció el viernes luego de recibir asistencia vital.
"La pusieron en soporte vital y oxígeno, pero no había tenido oxígeno en su cerebro durante 20 minutos. Ella nunca se despertó", explicó a The Sun.
Alex comentó que no tenía ni la menor idea del por qué Isla se había derrumbado de esa manera, aunque había despertado con fiebre y síntomas similares a los de la gripe ese día.
La mujer explicó que su princesa había estado fuera de la escuela el viernes anterior debido a una enfermedad y pensó que su hija se había contagiado del mismo mal cuando se despertó enferma tres días después.
Luego de colapsar, Isla fue llevada al Hospital Royal Sunderland, Inglaterra, en donde los médicos dijeron que no tenía mucho tiempo para vivir debido a la gran falta de oxígeno en su cerebro.
Después fue transferida al Royal Victoria Infirmary en Newcastle, en donde su madre pasó dos largos días junto a su cama y sin dormir, cuidando a su pequeña.
El jueves, después de un escaneo, los doctores informaron a Alex que había una increíble inflamación en el cerebro de la menor y ella de inmediato supo lo que ellos le iban a decir sobre su pequeña.
Los expertos en el tema le dijeron que el daño cerebral de Isla era demasiado severo y que la mantendrían cómoda, ante esto, Alex decidió llevar a toda su familia, amigos y al padre de la menor, Rob, para que se despidieran de su hija en el hospital.