De acuerdo con un artículo de la revista Science, podría llegar a ser posible que los microbios que se alimentan de plástico contribuyan a solucionar el problema del reciclaje en el mundo. La publicación realizada por Warren Cornwal, periodista independiente, se basó en la investigación hecha por el biólogo marino, Muhammad Reza Córdova. El biólogo recolecta muestras de limo rico en microbios tomadas de playas, arrecifes y maglares de Yakarta, Indonesia. Dichos residuos los lleva a su laboratorio en el Centro de Investigación de Oceanografía de Indonesia, para cultivar los microbios y alimentarlos solo con plástico. A esto Reza Córdova mencionó a Warren: "Esperamos encontrar los microbios más eficaces los cuales puedan comer o degradar el plástico".
Según el artículo, algunos científicos ya han encontrado bacterias que poseen enzimas capaces de descomponer plástico. Los científicos creen, las enzimas de los microbios podrían ayudar a reciclar algunos tipos de plástico, muchos de los cuales se encuentran en ríos y océanos. Aunque los productos químicos industriales pueden descomponer los plásticos, el uso de enzimas es potencialmente un enfoque más ecológico, que requiere menos energía. Ante ello, John McGeehan, biólogo estructural de la universidad de Portsmouth dijo a Warren: "La naturaleza es el reciclador más asombroso porque no desperdicia nada".
Conforme con el artículo, reciclar plástico se ha vuelto complicado debido a que contiene docenas de moléculas diferentes, hechas de largas cadenas de átomos de carbono. Todas esas moléculas se resisten a romperse y cada una tiene propiedades químicas distintas. Los millones de toneladas de plásticos producidos cada año incluyen una alta gama de materiales adaptados para diferentes funciones. Y los procesos de reciclaje varían según la identidad de un plástico, por lo que a menudo una mezcla no se puede reciclar en conjunto. Pero las enzimas pueden descomponer selectivamente un solo plástico en una mezcla.
Para reciclar el plástico, las enzimas son una solución atractiva. A diferencia de muchos productos químicos industriales, las enzimas funcionan a temperaturas bajas y son selectivas con respecto a la molécula con la cual interactúan. La búsqueda de los científicos de estas enzimas comenzó en 2016, después de que investigadores japoneses encontraran una bacteria con un apetito inusual por el plástico en el lodo. El organismo produjo dos enzimas que juntas le permitieron alimentarse de tereftalato de polietileno (PET) rompiéndolo en sus componentes básicos, ácido tereftálico y etilenglicol.
El investigador Reza Córdova, además de recolectar bacterias de la basura plástica, planea excavar en el lodo de las raíces de los manglares. Los microbios que originalmente se alimentaban de las duras hojas de los manglares habrían tenido décadas para desarrollar la capacidad de romper las bolsas de plástico que se adhieren a las raíces.
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Las investigaciones científicas están cerca de lograr el reciclaje de basura plástica por medio de enzimas. No obstante, todavía no es un hecho que esto se pueda concretar, porque faltan por realizar más estudios y pruebas para volverse una realidad.