Una multitud de turistas menos numerosa que la de la semana anterior se concentró este jueves en Miami Beach para beber, escuchar música y bailar en la calle, pero a diferencia del sábado pasado se retiró pacíficamente cuando la policía les comunicó que el toque de queda se había iniciado, según constató la agencia EFE.
La policía hizo acto de presencia en la calle peatonal Ocean Drive pasadas las ocho de la tarde.
Tras comunicar a los participantes en la fiesta callejera que debían irse, estos fueron abandonando el lugar sin incidentes hasta que quedó desierto.
La ciudad vecina a Miami estaba en alerta ante la cercanía de un nuevo fin de semana y el riesgo de que las masas de turistas primaverales volvieran a alterar el orden público y a desafiar las normas contra el COVID-19 en un estado que trata de evitar un repunte de la pandemia con más vacunas.
Para evitar incidentes, las autoridades de Miami Beach decretaron el pasado sábado un toque de queda que funciona los jueves, viernes, sábados y domingos de 8 de la noche a 6 de la mañana.
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El sábado la multitud no acató las órdenes de retirarse y se enfrentó a la policía, que reprimió con dureza a los turistas y detuvo a más de medio centenar.
Además del toque de queda rige en los mismos días y horas una prohibición de acceso a la isla de Miami Beach por tres puentes que la comunican con Miami, salvo para quienes no sean residentes, trabajen o estén alojados en hoteles.