Un meteorito solitario que cayo en el desierto del Sahara en 2020 es más antiguo que la Tierra. Tiene unos 4 mil 565 millones de años y es el ejemplo más viejo conocido de magma del espacio.
Su edad y contenido mineral insinúan que la piedra se derivó en nuestro sistema solar temprano desde la corteza de un protoplaneta, un cuerpo humano rocoso enorme en proceso de transformarse en un mundo, según un nuevo análisis.
El meteorito, denominado Erg Chech 002 (EC 002) , es posiblemente un fragmento raro sobreviviente de un mundo bebé perdido que ha sido acabado o absorbido por planetas rocosos mayores a lo largo de la formación de nuestro sistema solar.
EC 002 es una acondrita, un tipo de meteorito que procede de un cuerpo humano papá con una corteza y un núcleo diversos, y carece de granos minerales redondos denominados condrules, de acuerdo con el Centro de Estudios de Meteoritos de la Universidad Estatal de Arizona.
Alrededor de 3 mil 100 meteoritos conocidos se originaron en la corteza y las capas del manto de asteroides rocosos, sin embargo revelan poco sobre la variedad de protoplanetas una vez que nuestro sistema solar era muchacho.
La mayor parte de los meteoritos rocosos provienen de fuentes con costras basálticas, lava velozmente enfriada que es rica en hierro y magnesio, empero la estructura de EC 002 enseñó que la corteza de su papá estaba realizada de andesita, que es rica en sílice.
Si bien EC 002 es bastante inusual, otros estudios han encontrado que tales costras de andesita infundidas con sílice posiblemente eran habituales a lo largo de la fase de formación de protoplanetas de nuestro sistema solar, “al opuesto de lo cual indica el registro de meteoritos”, redactaron los estudiosos.
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