Rodney Baker, se vio obligado a dimitir como consejero delegado de la empresa Great Canadian Gaming tras explotar el escándalo, y su esposa Ekaterina, una actriz de origen ruso, volaron la semana pasada desde la ciudad de Vancouver hasta la comunidad indígena de Beaver Creek, en la frontera con Alaska, para poder recibir la vacuna contra el covid-19.
El matrimonio Baker, se presentaron a una clínica móvil donde estaban vacunando a los ciudadanos de Beaver Creek, una antigua comunidad indígena de unos cien vecinos y que se encuentra a unos mil 800 kilómetros al noroeste de Vancouver, en el territorio de Yukon.
La pareja afirmó al personal de la clínica que trabajaban en el motel de la localidad para ser vacunados. Canadá ha explicado que las remotas comunidades indígenas del país, el segundo más extenso del mundo, son parte del grupo prioritario del proceso de inmunización debido al riesgo que el coronavirus presenta en ciudades alejadas de la infraestructura hospitalaria.
Sin embargo la pareja despertó sospechas, pero aun así fueron vacunados. Tras administrar la vacuna, el personal de la clínica móvil demostró que la pareja no trabajaba en el motel local y que habían abandonado la comunidad en un avión que habían alquilado.
Cuando el avión en el que se habían desplazado a Beaver Creek aterrizó en Whitehorse, la principal ciudad de Yukon, la pareja fue sancionada con 500 dólares por las autoridades al demostrar que no habían cumplido con la cuarentena de 14 días obligada a todos los que llegan al territorio.
La pareja además ha sido acusada de no cumplir la Ley de Medidas de Emergencia Civil, lo que puede costarles 5 mil dólares y hasta seis meses en prisión.
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