En el 2015 en Bolivia dos mujeres profesionales comenzaron a impartir clases de artes marciales, para la prevención del maltrato y promover el autocuidado a través del proyecto Warmi Power, donde las beneficiadas son ya más de 20.000 mujeres, la mitad de ellas son indígenas. Con el fin de hacer frente a la violencia machista, hartas de las elevadas cifras de feminicidios en su país, promovieron el Taekwondo que además de los beneficios físicos del deporte, ayuda de manera psicológica. Son mujeres que reclaman su derecho a vivir sin miedo.
Jhesmin Huanca lo tiene claro: la violencia no se resuelve con violencia, pero saber defenderse puede salvarle la vida. Esta mujer aimara de la ciudad boliviana de El Alto, lleva cinco meses aprendiendo a hacerlo de la mano de Warmi Power. Este proyecto está impulsado por Laura Roca y Kimberly Nosa. Ambas aúnan psicología y taekwondo en la iniciativa.
“Somos conscientes de que no deberíamos estar ofreciendo este tipo de servicio”, dice Nosa frente a la pantalla., “Lamentablemente vivimos en una sociedad machista y misógina, donde todos los días nos violan, nos matan y nos sacan nuestras pertenencias”.