Una rehén israelí liberada por el grupo terrorista de Hamás dijo en una entrevista que en un principio comía "bien" en su cautiverio, hasta que las condiciones empeoraron y la gente empezó a pasar hambre. Estuvo secuestrada en una habitación asfixiante y durmió en sillas de plástico con una sábana durante casi 50 días.
- En una de las primeras entrevistas a un rehén liberado, Ruti Munder, de 78 años, dijo que había estado en todo momento con su hija, Keren, y su nieto, Ohad Munder-Zichri, que celebró su noveno cumpleaños en cautiverio. Su testimonio, emitido el lunes, ampliaba el goteo de información sobre la experiencia de los civiles secuestrados en Gaza.
Munder fue capturada el 7 de octubre de su casa en Nir Oz, un kibutz en el sur de Israel. Su esposo, Avraham, también de 78 años, fue secuestrado también y permanece en Gaza. Su hijo fue asesinado en el ataque terrorista.
Al principio, les daban té por la mañana y por la tarde, y los niños recibían dulces. Pero el menú cambió cuando "la situación económica no era buena, y la gente tenía hambre".
Munder, que fue liberada el viernes, regresó en buen estado físico, como la mayoría de otros rehenes. Pero una de las personas liberadas, una mujer de 84 años ha sido hospitalizada y se teme por su vida después de no recibir tratamiento adecuado cuando estaba secuestrada, según los médicos. Otra necesitó cirugía.
- Munder, que confirmó los relatos de parientes de otros cautivos liberados, dijo que dormían en sillas de plástico. Ella se cubría con una sábana, pero que no todos los rehenes tenían una, relató.
- Dijo que se levantaba tarde para ayudar a pasar el tiempo. La sala donde estaba retenida era "asfixiante" y la gente no podía abrir las persianas, aunque ella logró abrir un poco una ventana.
"Fue muy difícil", dijo.