Las jornadas laborales prolongadas causaron 745 mil muertes por cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular, según las estimaciones más recientes de la Organización Mundial del Trabajo (OMT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta cifra de 2016 significó un aumento del 29% con respecto al 2000, de acuerdo al estudio que dichas organizaciones publicaron el 17 de mayo de 2021 en la revista Environment International.
Particularmente, dicho estudio atribuye 398 mil fallecimientos a accidentes cerebrovasculares y 3 47 mil a cardiopatía isquémica en 2016, como consecuencia de trabajar 55 horas a la semana o más. Entre 2000 y 2016, las defunciones por cardiopatía isquémica relacionadas con jornadas laborales prolongadas aumentó un 42%, en tanto el incremento de muertes por accidente cerebrovascular fue del 16%.
Según la OMS y la OMT el problema de las muertes a consecuencia de jornadas laborales prolongadas afecta principalmente a hombres, quienes representan el 72% de las personas fallecidas por esta causa. Además, este problema también es más notorio en las regiones del Pacífico Occidental y de Asia sudoriental, así como en los trabajadores de mediana edad o mayores. Respecto a este último sector, la mayor parte de las defunciones registradas correspondieron a personas de entre 60 y 79 que trabajaron 55 horas o más a la semana entre los 45 y los 74 años.
Estas cifras apuntan a que una tercera parte de la morbilidad relacionada con el trabajo se debe a las jornadas laborales prolongadas. Trabajar 55 horas o más a la semana aumenta el riesgo de un accidente cerebrovascular un 35% y un 17% el riesgo de fallecer por una cardiopatía isquémica, concluye el estudio.
Se estima que el 9% de la población mundial trabaja muchas horas al día, según un comunicado de la OMS. En América Latina, 58% de trabajadores reportó realizar, cada semana, horas extras no remuneradas, según una encuesta de ADP Research Institute. Argentina, Chile y Brasil encabezan la lista en la región, con 63%, 61% y 56% de personas declarando dedicar más horas al desempeño de sus funciones respectivamente.
Esta tendencia de aumento de las jornadas laborales excesivamente prolongadas provoca un aumento en el número de personas en riesgo de sufrir discapacidades o fallecer por motivos ocupacionales, asegura la OMS. Además, con la pandemia de Covid-19 se han acelerado fenómenos que incrementan la tendencia de los períodos de trabajo prolongados, con una consecuente dificultad para balancear el trabajo y la vida personal. Al respecto, un estudio encontró, existe una relación significativa entre los factores del lugar de trabajo causantes de estrés y el equilibro entre la vida laboral y personal.
Con estudios de esta naturaleza se vuelve evidente la necesidad de combatir las jornadas laborales excesivamente prolongadas, así como la importancia de crear espacios de trabajo libres de estrés. La importancia de esto radica ya no sólo en el bienestar emocional, sino también en el físico, dada la evidencia de las muertes relacionadas con dichas condiciones de trabajo. En este contexto, es primordial que los gobiernos trabajen para asegurar el cumplimiento de las leyes y reglamentos donde se prohiban horas extra obligatorias y garanticen los límites de los horarios laborales.