Tras los combates cuerpo a cuerpo para recuperar el control de los kibutz atacados por Hamas, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) encontraron miles de cohetes, minas personales, minas antitanques, granadas autopropulsadas y de mano, explosivos sintéticos, misiles y detonadores que habían sido fabricados por Irán, Corea del Norte, Rusia, Egipto y la propia organización terrorista que ocupa la Franja de Gaza.
Al ejército israelí llamó la atención que Hamas tuviera una precisa logística militar para sostener un minucioso ataque sorpresa que causó muertos, mutilados, violados, secuestrados y desaparecidos.
Cuando las tropas más entrenadas de Israel lograron terminar con la amenaza terrorista en los kibutz, hallaron jeeps y camiones que tenían -en estricto orden- cargas a tope de cohetes, minas antitanques y detonadores.
Los cohetes o misiles eran de fabricación iraní y de Hamas; Corea del Norte aportó granadas autopropulsadas; las minas antitanques y personales -prohibidas por los tratados internacionales- tenían origen en Irán y Egipto, y ciertas granadas y explosivos pertenecían a los arsenales que el régimen de los ayatollahs tienen en Teheran.
- Cada de una de las armas y explosivos secuestrados tenían una función específica en los ataques terroristas planificados contra los kibutz.
Las granadas sirvieron para ingresar a las casas, los explosivos para romper las puertas de los refugios de seguridad, los cohetes para resistir la ofensiva del ejército israelí y las minas para detener la marcha de las tropas especiales que combatieron contra las células de Hamas.