Según un informe independiente difundido el lunes y respaldado por Naciones Unidas, la policía colombiana participará en la muerte de 11 personas en protestas en Bogotá y Soaca del 9 al 10 de septiembre de 2020.
El investigador y ex inspector Carlos Negrete dijo a los medios que la policía “reaccionó de manera desproporcionada, ilegal y humanitaria” porque no ordenó el uso de armas de fuego contra los manifestantes. "Su actuación provocó una masacre", agregó.
Bogotá vivió dos días caóticos que iniciaron en la madrugada del 9 de septiembre por el asesinato de Javier Ordóñez, de 43 años, quien fue reducido y golpeado por agentes de la policía pese a sus súplicas constantes para que se detuvieran, tal como consta en un video publicado en redes sociales. Uno de los policías fue condenado a 20 años de cárcel tras confesar el crimen.
La muerte de Ordóñez causó una serie de protestas contra la policía en varios puntos de Bogotá y Soacha, municipio vecino, y fue en ese contexto de violencia en el que murieron 14 personas, incluyendo a Ordóñez y a dos personas que habrían sido atacadas por civiles armados. No se registran condenas respecto de ninguno de los casos, de acuerdo al informe realizado tras seis meses de investigación que recoge más de 100 testimonios de familiares de las víctimas, testigos y policías.