En la Biblioteca del Vaticano se encuentra un manuscrito que versa sobre antiguas historias cristianas e himnos. Un grupo de científicos aplicó luz ultravioleta al manuscrito y encontró algo insospechado: un capítulo perdido del Nuevo Testamento de la Biblia escrito hace más de 1.500 años.
En específico, las páginas presentan los capítulos 11 y 12 de Mateo en los cuales se encuentra un pequeño fragmento manuscrito de la traducción siríaca, escrito en el siglo III y copiado en el siglo VI, lo cual aporta nuevos detalles sobre los Evangelios.
Debido a la gran escasez de pergamino que existía en la época, era una práctica habitual en la Edad Media reutilizar pergaminos antiguos, en los que se borraba el contenido antiguo y se escribía encima.
Bajo la luz de un expertoGrigory Kessel, medievalista de la Academia de Ciencias de Austria (OeAW), logró que las palabras perdidas en este manuscrito vuelvan a ser legibles mediante la técnica de la luz ultravioleta. Ésta permite que un texto oculto absorba la luz y brille en un tono azul que revela el contenido secreto, aunque éste sea muy antiguo.
Estos manuscritos se encuentran en la Biblioteca Británica de Londres y en el Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, respectivamente.
"Este descubrimiento demuestra lo productiva e importante que puede ser la interacción entre las tecnologías modernas y digitales y la investigación básica cuando se trata de manuscritos medievales".
Revelaciones bíblicas
Según lo que se ha descubierto hasta el momento, el texto del manuscrito ofrece sutiles pero novedosas revelaciones e ideas que difieren de otras traducciones. Por ejemplo, la traducción griega de Mateo 12 dice: