Un ganadero en Colombia ha logrado “firmar la paz” con una de las especies más hermosas y amenazadas de América, el jaguar.
Una vez que dichos depredadores atacan a los novillos en Colombia sus dueños contestan con la escopeta, pero el ganadero Jorge Barragán le cogió cariño al felino más enorme de las Américas y no le importa perder varias vacas en el camino por mantener la especie.
Hace casi una década, el ser humano de 61 años puso freno a la extensión de su ganadería y apostó por proteger el hábitat del jaguar en la sabana del departamento del Casanare (este).
Propietario de una cantidad gran de cabezas, Barragán está convencido de que el jaguar “vale más vivo que muerto”.
Decenas cruzan por su propiedad de 15 mil hectáreas, una área más grande que la de París, ubicada en el municipio de Hato Corozal. Algunas veces lo elaboran bastante alrededor de sus rebaños y hay ataques recurrentes.
Sin embargo el ganadero obtiene cierta indemnización por las visitas de científicos y turistas, atraídos por la probabilidad de ver al enorme minino, especie “casi amenazada” conforme con la Alianza Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“Se diseñó una cultura de constantemente asesinar el felino para resolver el problema. Pero nosotros mismos estamos realizando lo contrario”, confirma orgulloso.
Ha logrado “firmar la paz” con una de las especies más hermosas
Ganadero convierte su rancho en reserva para jaguar
Ha logrado “firmar la paz” con una de las especies más hermosas