Tras retirarse la corona imperial, el orbe y el cetro, símbolos del reinado y poder de Isabel II, el ataúd entró en la cripta al son del lamento de un gaitero escocés.
Más tarde, un nuevo servicio religioso pero de carácter privado, reservado para la familia real británica, dará el último adiós a Isabel II, fallecida en el castillo de Balmoral (Escocia) el día 8 a los 96 años.
Los restos de Isabel II serán enterrados junto a la tumba de su marido, el duque de Edimburgo, en la cripta real de Windsor.