Feministas argentinas apoyan a monjas por violencia de sacerdotes

Varias manifestantes que se congregaron a las puertas del convento de clausura

Feministas argentinas dejaron a un lado las diferencias que las suele separar de las mujeres católicas al brindar su apoyo a las 18 carmelitas descalzas que denunciaron al arzobispo de la ciudad de Salta y a otros dos sacerdotes por violencia de género.

La explanada que rodea al Convento de San Bernardo en Salta, a mil 400 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, congregó este martes a decenas de mujeres de todas las edades que respaldaron a las monjas de clausura que habitan en la imponente construcción colonial y que con su inédita denuncia han generado un sismo en una de las localidades más católicas del país.

Los señalados por las carmelitas son el arzobispo Mario Antonio Cargnello, el obispo emérito Martín de Elizalde y el vicario Lucio Ajalla, acusados por las monjas de “violencia física, psicológica y económica” y quienes fueron intimados por un juzgado de Violencia Familiar y de Género a no acercarse al convento y a “abstenerse" de realizar cualquier tipo de acto violento.

El arzobispo niega los cargos. De los otros dos acusados no se conocen sus posturas puesto que no presentaron abogados. Elizalde fue designado por el Vaticano para escuchar a las monjas y evaluar su gestión del convento, pero el religioso terminó involucrado porque, según las religiosas, habría consentido los hechos denunciados.

Varias manifestantes que se congregaron a las puertas del convento de clausura portaban carteles que rezaban “Hermana Sí Te Creo” y “Basta de curas violentos”. Mientras enlazaban sus manos, las mujeres realizaron un abrazo simbólico al histórico edificio.

“A veces uno cree que las hermanas están en armonía, en una vida contemplativa, pero la violencia de la misma iglesia ha hecho que ellas puedan decir basta”, dijo a The Associated Press Irene Cari, del Foro de Mujeres por la Igualdad de Oportunidades.

Natalia Buira, abogada y defensora oficial civil, dijo que las autoridades eclesiásticas “van a tener que repensar el rol de la mujer…y entender que no deben someter a las hermanas en la iglesia ni a las mujeres en la vida publica”.

“Ninguna mujer debe vivir una situación de violencia…una vida libre de violencia no es un eslogan sino que es un derecho”, sostuvo por su parte Tania Kiriaco, de la Fundación Gema Género y Masculinidades.

A la manifestación acudieron también integrantes de Marea Feminismo Popular, Las Juanas y el Instituto Jurídico con Perspectiva de Género de la provincia de Salta. Las feministas argentinas, que en general se expresan en contra del catolicismo, están sorprendidas del paso que han dado las religiosas en un distrito tan conservador.

 

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