Por un error en la sentencia, se redujo de 112 a 33 años de prisión la condena de un hombre quien violó constantemente a sus hijas, además de maltratarlas a ellas y a su esposa.
En diciembre de 2018, el Tribunal Supremo español condenó a Petrica “N”, de origen rumano, a 112 años en la cárcel por ocho delitos de agresión sexual y cinco por el maltrato constante a su esposa e hijas.
Ahí fue donde consideran que se tuvo el error, ya que Petrica debió ser condenado por dos delitos continuados de violación, uno por cada hija, y no por ocho delitos distintos.
Las agresiones de Petrica a su familia comenzaron entre 2015 y 2017, cuando sus hijas cumplieron 15 y 16 años de edad.
Con golpes y amenazas, las menores fueron agredidas sexualmente por su padre, mientras la madre, quien se oponía, también sufría de maltrato por parte de su marido.
Incluso las adolescentes quedaron embarazadas en varias ocasiones y sufrieron de abortos.
Fue hasta que un hermano de ellas las defendió y terminó con graves heridas provocadas por Petrica cuando la Guardia Civil recibió la alerta y trabajó en el caso.
La condena de Petrica también incluye una prohibición de acercarse a su familia durante 20 años, le fue retirada la patria potestad y también debe pagar una indemnización de 10 mil euros a sus hijas.