El Gobierno interino de Bolivia envió este miércoles un proyecto de ley al Parlamento para que inicie el proceso hacia unas nuevas elecciones, aún sin fecha, ya que primero deben elegir a un nuevo órgano electoral.
Bolivia está inmersa en una compleja crisis tras la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, el día 10 de noviembre y su posterior viaje a México como asilado. La situación se recrudeció tras las elecciones del 20 de octubre que dio como ganador al líder indígena.
A pesar de sus diferencias sobre la crisis en Bolivia, una amplia mayoría de 26 países se unió este miércoles en la Organización de Estados Americanos (OEA) para exigir al Gobierno interino de Jeanine Áñez que convoque “urgentemente” elecciones y ponga freno a la violencia.
La OEA aprobó una resolución que, sin mencionar a Áñez, resuelve “llamar a las autoridades bolivianas a convocar urgentemente a elecciones” y les pide que establezca “prontamente” una fecha para la próxima cita con las urnas, algo que la mandataria interina se ha comprometido a establecer en las próximas horas.
La iniciativa, impulsada por Colombia y Brasil, recibió por sorpresa el respaldo de la propia Bolivia, cuya misión en la OEA ya obedece al nuevo Ejecutivo provisional.
Y, además, se sumaron naciones caribeñas como Antigua y Barbuda, Granada y San Cristóbal y Nieves, que criticaron tanto el papel de las Fuerzas Armadas como la forma en la que asumió el poder Áñez, en lo que consideran que fue un “golpe de Estado” contra el expresidente Evo Morales.
En contra de la iniciativa se posicionaron tres naciones (México, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas); mientras que cuatro países (Uruguay, Barbados, Surinam y Trinidad y Tobago) se abstuvieron y una misión (Dominica) se ausentó de la reunión celebrada en la sede de la OEA.