Las autoridades sanitarias de Italia encontraron trazas genéticas del nuevo coronavirus COVID-19 en la red de agua no potable de Roma y Milán (norte), aunque descartaron riesgos para la salud y creen que analizar el alcantarillado servirá para detectar futuros brotes.
El Instituto Superior de Sanidad (ISS) confirmó la presencia de restos de coronavirus en la red de descarga hídrica de algunas zonas de Milán, una de las ciudades más afectadas por la pandemia.
En un comunicado, el director del Departamento de Calidad del Agua del ISS, Luca Lucentini, explicó que esto no entraña ningún riesgo para la salud de las personas.
"El ciclo hídrico integrado, el proceso que conlleva a la potabilización de las aguas en el sistema de alcantarillado y de depuración, es ciertamente seguro”, afirma el científico.
El análisis del agua no potable podría ser de utilidad en el control de la pandemia, ya que estos rastros de coronavirus en el agua de deshecho de las ciudades pueden servir como “espías” del estado de salud de sus habitantes y ayudar así a saber rápidamente si una población está siendo infectada por el patógeno y en qué medida, apuntó la experta Giuseppina La Rosa, del Departamento de Medioambiente de la institución y que dirigió la investigación.
El control de aguas no potables de los cascos urbanos permitirá trazar rápidamente y de forma indirecta la circulación del virus y detectar posibles repuntes y eventuales nuevos focos.