Mediante un operativo conjunto de la Policía Nacional y la Fiscalía de Colombia, se logró la captura de Giovanny Alberto Cortés, alias “Missi” o “El Gato”, presunto coordinador de las rutas del narcotráfico del Clan del Golfo a Centroamérica y Europa.
“Missi”, uno de los hombres de confianza de Darío Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, máximo jefe de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, era perseguido por la Policía desde hace más de un año, pero los trabajos de inteligencia para lograr capturarlo se intensificaron con la cuarentena.
Desde que empezó el aislamiento para controlar la propagación del coronavirus, “Missi” empezó a frecuentar lugares nocturnos como bares, discotecas, tabernas y sitios de fiesta, aprovechando que estaban cerrados al público general y usando su dinero e influencia para conseguir que los abrieran para él y sus invitados.
Estas actividades nocturnas se intensificaron desde la captura de su esposa, Arleida Patricia Manco Davis, alias La Zarca, quien es sobrina de Otoniel y era la encargada de manejar parte de las finanzas de la red que controlaba “Missi”.
Según la policía, el narco capturado, de 37 años, habría sido encargado de “Otoniel” para manejar los pagos de nómina de la estructura criminal, la cual llegaba hasta 10 mil millones de pesos por semana (más de USD 2,6 millones).
Sus excentricidades durante la cuarentena lo pusieron en el radar de las autoridades, que empezaron a hacerle seguimiento y a infiltrar agentes en los lugares que empezó a frecuentar, donde tenía fiestas privadas con alcohol, drogas y mujeres.
“Para esa época sabíamos que le gustaba ir a las galleras, discotecas y restaurantes. Pagaba hasta 50 millones de pesos (USD 13,215) para que, en medio del aislamiento, los abrieran para él y sus invitados. Y en algunos sitios se logró que agentes tuvieran trabajos ocasionales para recaudar información”, dijo un agente que participó en el operativo contra “Missi” a El Tiempo.
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En los lugares decía que era el hombre de confianza de Nelson Darío Hurtado Simanca, alias “Marihuano”, segundo al mando del Clan del Golfo después de “Otoniel”. Además, se transportaba solo en camionetas de alta gama y en su vestimenta siempre tenía joyas y relojes de marca.
El seguimiento a “Missi” finalmente dio frutos el pasado 11 de agosto cuando agentes de la Policía y la Fiscalía lo capturaron saliendo de una discoteca en Córdoba -su principal zona de injerencia-, en la vía que conduce de Ayapel a Montería, capital del departamento.
Los investigadores del caso ya sabían que el narco estaba organizando una fiesta para el lunes 10 en una de las discotecas del sector a la que asistiría con amigos y mujeres, y por la que habría pagado una millonaria suma de dinero para abrir el local y comprar el alcohol.
El operativo se montó con una semana de anticipación, las autoridades sabían que “Missi” se quedaría en la discoteca toda la noche y se prepararon para seguirlo cuando saliera al día siguiente, el objetivo era capturarlo solo, con su conductor, en la vía de regreso, evitando así un enfrentamiento armado que dejara algún saldo de muertos.
El plan salió como lo planearon las autoridades y el narco cayó en la mañana después de su última fiesta. De acuerdo con el director de la Policía de Carreteras, general Carlos Ernesto Rodríguez, que informó de su captura, dijo que “Missi” estaba encargado de la estrategia expansiva del “Clan” hacia La Guajira y Santa Marta para confrontar a la estructura criminal de los “Pachenca”.
El futuro del narco fácilmente podría ser una cárcel en los Estados Unidos ya que su orden de captura era por concierto para delinquir y delitos conexos con el narcotráfico, por lo que podría ser pedido en extradición.