Emily Bauer, de 21 años, trabaja en el Red Hook Seafood and Bar, en San Antonio. Durante su turno del domingo pasado, tuvo que disculparse con un cliente porque el servicio era ‘lento’. "Me dijo: Está bien, he sido dueño de restaurantes y entiendo cómo es ser un mesero'. Yo estaba como: gracias por entender", cuenta Bauer al New York Post.
Este hombre le dejó una propia cuantiosa que le sorprendió. “Lo primero que pensé fue en mis hijos. Podría finalmente tener una Navidad en que darles lo que quieran o lo que necesiten”, dijo Emily.
Emily se ganó la recompensa cuando en el transcurso de un día duro con mucha clientela, una pareja en especial puso toda su atención en la trabajadora incansable.
Se trataba de un hombre que también es dueño de un restaurante, quién valoró mucho el esfuerzo que Emily estaba haciendo, fue que así decidió cancelar su pedido, solicitó la cuenta y le dejó una gran sorpresa. La afortunada mesera, no podía creerlo y al momento de leer el ticket supo que había sido un gran regalo de Navidad, “Feliz Navidad! ¡Sigue trabajando duro!”, se leía en un borde del ticket.
¡No se lo podía creer! “Yo estaba como, espera lo abrí y comencé a llorar yo estaba como... ¡Dios mío! ¡Mis hijos!... Voy a gastarlo todo en mis hijos", narró Emily, quien tiene dos hijos de 2 años y 5 meses. Pero no contaba con que el restaurante quisiera quedarse con la propina, según informa el canal 5 de una cadena estadounidense.
El restaurante ‘Red Hook Seafood and Bar’ señaló que no podía procesar propinas por encima de los 500 dólares quedándose así con el dinero que Emily se ganó.
El restaurante, dice haberse comunicado con el hombre para darle aviso de que no se cobraron los 2,000 dólares pidiendo se presentará en el local para que el mismo diera ese dinero, Sin embargo, el restaurante dice que el sujeto nunca se presento.