El 8 de septiembre de 2021 comenzó en el juzgado de Santa Fe, California, el juicio en contra de Elizabeth Holmes, CEO y fundadora de la startup Theranos. Llegando a ser considerada en algunos medios una personalidad de la talla de Steve Jobs, por sus cursos vitales similares e ideas presuntamente disruptivas, la empresaria enfrenta actualmente un proceso por delitos de fraude electrónico masivo.
Nacida en Washington D.C. en 1984, Holmes abandonó la universidad de Stanford a los 19 años en 2003 con el objetivo de fundar su propia empresa, Theranos, antes llamada Real-Time Cures. La idea detrás de esta startup era proveer pruebas diagnósticas de laboratorio con solo una muestra mínima de sangre extraída del dedo. Con ello, planteaba una alternativa al método tradicional, que implica la extracción de una mayor cantidad de sangre directamente del flujo sanguíneo con una jeringa.
Con el tiempo, Theranos amasó una cantidad importante de inversores interesados, entre los que destacan Bill Clinton, expresidente de Estados Unidos, Rupert Murdoch, la familia Walton e incluso Carlos Slim. La FDA llegó a aprobar la venta de una prueba para la detección del herpes, tan solo una de las 240 que la compañía pretendía servir con su tecnología patentada. La empresa dirigida por Holmes y su entonces pareja sentimental, Ramesh Balwani, alcanzó un valor de 9 mil millones de dólares en el año 2015.
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No obstante, el mismo año 2015 el periodista del Wall Street Journal John Carreyrou dirigió una investigación que desenmascaró alguna de las prácticas de Theranos. Esta encontró que a finales de 2014 la empresa r ealizaba un mínimo de pruebas con su tecnología patentada, utilizando equipo de otros laboratorios y en el proceso obteniendo resultados inconsistentes.
A lo anterior se aúna el estricto secreto que guardaba Holmes sobre su propia tecnología, conocida como Edison, aduciendo razones de celo comercial respecto a sus patentes. Por otra parte, en 2016 el mismo WSJ reportó que el laboratorio había desechado todas las pruebas realizadas durante los años 2014 y 2015, invalidando los resultados obtenidos durante ese periodo.Estos hechos implantaron dudas y escepticismo sobre la validez científica de la tecnología de Holmes y dió pie a una serie de demandas y rupturas entre la empresa y sus socios comerciales e inversionistas.
Ese mismo año 2016, la empresa sufre la dimisión de Balwani de su puesto en la dirección; así como una demanda de parte de Wallgreens, cadena de farmacias en Estados Unidos y principal socio comercial del laboratorio. Posteriormente, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid prohiben a la empresa seguir realizando pruebas de laboratorio hasta su eventual bancarrota y disolución en 2018.
Bajo cargos de haber exagerado o falsificado la viabilidad financiera y comercial de Theranos, Elizabeth Holmes y Ramesh Balwani podrían enfrentar una condena de 20 años en prisión. Ambos se declaran inocentes y afirman haber fracasado con su empresa, no haber engañado de forma deliberada y criminal a inversionistas y socios. Tras una primera sesión, el juicio ha sido suspendido ante la sospecha de que un miembro del jurado padece Covid-19.