Cruceros corren riesgo de oxidarse debido a inmovilidad por COVID-19

Al igual que con los aviones, el primer problema con el mantenimiento de un crucero inactivo es simplemente encontrar un lugar para estacionarlo

La inactividad durante la pandemia no solo es mala para los resultados de las compañías; es una posible sentencia de muerte para sus activos más costosos: los propios barcos. Desde problemas mecánicos hasta riesgos de huracán y obstáculos regulatorios que pueden constituir delitos penales: es un embrollo que la industria nunca ha enfrentado antes en esta escala.

El gasto es impresionante. En una reciente presentación ante la SEC, Carnival —cuyas nueve marcas conforman la compañía de cruceros más grande del mundo— indicó que sus gastos actuales de navío y administración ascenderían a 250 millones de dólares al mes cuando todos sus barcos estén inmovilizados. La compañía dice que no puede prever cuándo se reanudarán los cruceros, lo que significa un ítem a largo plazo en un balance que registró cuatro mil 400 millones de dólares en pérdidas solo en el segundo trimestre.

Al igual que con los aviones, el primer problema con el mantenimiento de un crucero inactivo es simplemente encontrar un lugar para estacionarlo. Cerca de 16 mil aviones fueron inmovilizados durante la pandemia, escondidos en lugares secos y a prueba de herrumbre que van desde hangares y pistas de aeropuertos hasta desarmaderos en el desierto. Los navíos también están tratando de encontrar las condiciones adecuadas para capear la tormenta.


“Los cruceros modernos no están diseñados o construidos para ser apagados y dejados en un muelle”, dice Monty Mathisen, editor gerente de Cruise Industry News. “Estamos hablando de grandes cantidades de maquinaria, electrónica e incluso acero que necesita mantenimiento, monitoreo y trabajo preventivo”.

Te puede interesar: Regresa a prisión exabogado personal de Trump