La jueza Tatiana López le impuso a Gabriel Saborío, de 31 años, dos años de cárcel, la máxima pena que permite la Ley de Bienestar de los Animales, vigente en el país centroamericano desde 2017.
Sin embargo, la juzgadora le concedió el beneficio de ejecución condicional de la pena por cinco años, por lo que no pisará la cárcel en tanto no cometa un nuevo delito en ese tiempo.
También se le prohibió vivir con animales.El animal sufrió por la caída múltiples fracturas, luxación, contusiones pulmonares y hemorragias internas, de acuerdo con la necropsia.
Tras caer, el gato pudo llegar a un parque donde lo encontraron y murió a pesar de que le proporcionaron auxilios. La juzgadora le reprochó al imputado ´la falta de corazón´ y 'la traición' que le hizo a su animal doméstico.