El pasado 2 de enero del 2022 estallaron una serie de protestas en Kazajistán cuando el gobierno incrementó a más del doble el control de precios del gas licuado de petróleo (LPG). Para apaciguar a los manifestantes, el presidente Kassym-Jomart Tokayev, sucesor de Nursultan Nazarbayev desde el 2019, aceptó la resignación de su gabinete tan solo tres días después del inicio de la movilización. Los disturbios se detonaron en la región de Mangystau, territorio rico en recursos petrolíferos y se esparció a distintas ciudades del país.
Las marchas emergieron debido al alza en precios de LPG, combustible popular gracias a su bajo costo, debido a esto, gran parte de la población adaptó sus vehículos para que funcionaran con él. Aún cuando el movimiento surgió por el aumento en los precios del petróleo, detrás había demandas políticas más amplias presentes desde la independencia del país de la Unión Soviética en 1991. Desde entonces, ha habido múltiples disturbios demandando mejores condiciones laborales y salariales, los cuales han sido acallados por el estricto control gubernamental. Esto con el objetivo de mantener una imagen de estabilidad política en la nación que atrae a múltiples inversionistas extranjeros hacia la industria de los combustibles y metales.
Actualmente, la movilización ha dejado aproximadamente 300 policías heridos, con 200 ciudadanos detenidos desde el estallido de las protestas, de acuerdo a medios internacionales. Los cuerpos de seguridad optaron por el uso de gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento en la culminación de la protesta el pasado 4 de enero de 2022. Esto con la intención de despejar la plaza principal de Almatý, metrópolis del país, que por ahora tiene su aeropuerto bajo el control de los manifestantes. De igual forma, Atameken, un grupo empresarial kazajo, reportó casos de ataques a bancos, tiendas y restaurantes por parte de protestantes.
Para calmar el conflicto, Tokayev ordenó el desarrollo de leyes para la declaración de quiebra, la congelación de precios de servicios públicos y el subsidio de rentas de familias viviendo en pobreza. Igualmente, decretó que se debían reinstalar los precios del LPG, la gasolina y el Diesel, asegurando que la situación estaría mejorando en las ciudades impactadas por las protestas. Por el momento, las autoridades declararon estado de emergencia en estas regiones, donde se implementaron toques de queda y restricciones de movimiento. De igual modo, Tokayev asignó a un nuevo representante del Comité de Seguridad Nacional para reemplazar a Samat Abish, sobrino del expresidente Nursultan Nazarbayev, quien estuvo casi 30 años en el poder.
Según el mandatario, las exigencias sociales, políticas y económicas expresadas por los manifestantes serían analizadas en reuniones gubernamentales. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) hizo un llamado al diálogo en la nación con la intención de frenar la violencia en las protestas.