El mayor agujero de ozono jamás registrado que se formó en la región del Ártico en esta primavera se ha cerrado, de acuerdo con información de científicos del Servicio de Monitoreo Atmosférico de Copérnico (CAMS, por sus siglas en ingles).
Si bien este 2020 nos enfrentamos a la pandemia del coronavirus, un hecho sin precedentes en los últimos 100 años, hay noticias positivas como esta del grupo de científicos del CAMS.
El fin de semana pasado los expertos señalaron que el agujero "bastante inusual" no fue causado por la actividad humana sino por un vórtice polar (ciclón persistente a gran escala) ártico particularmente fuerte.
"En 2020, el vórtice fue excepcionalmente fuerte y de larga vida. Además, las temperaturas en la estratosfera ártica fueron lo suficientemente bajas durante varios meses a principios de 2020 para permitir la formación de PSC, lo que resultó en grandes pérdidas de ozono sobre el Ártico", informó el CAMS.
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La capa de ozono sobre el Ártico se agota a altitudes de 18 kilómetros, luego de que la última vez que se observó un agotamiento fue en la primavera de 2011, según CAMS.
"Si bien estamos acostumbrados a los agujeros de ozono que se desarrollan sobre la Antártida todos los años durante la primavera austral, las condiciones necesarias para un agotamiento de ozono tan fuerte normalmente no se encuentran en el hemisferio norte", indicó.
El CAMS también mencionó que continuará monitoreando la región para ver el progreso de cómo la capa de ozono después de "curarse" se mezcla con la estratósfera. ¿Se está curando lentamente? De una forma u otra los científicos creen que sí.
La ciencia de nuevo nos ofrece algo de esperanza en estos tiempos en los que ha ensombrecido la pandemia del nuevo coronavirus en el mundo.