Han pasado casi cuatro años desde que el coronavirus alteró drásticamente la normalidad, obligando a adoptar una nueva realidad marcada por restricciones y precauciones sanitarias.
Las vacunas han representado un hito crucial, marcando el comienzo de una era de esperanza y recuperación y siendo fundamentales en la reducción de las tasas de infección, gravedad de la enfermedad y mortalidad. Sin embargo, todavía es pronto para cantar victoria.
Científicos chinos están experimentando con una cepa mutante de Covid-19 que mata al 100% de los ratones "humanizados", informaron medios como The New York Post y el Daily Mail.
El virus mortal, conocido como GX_P2V, atacó los cerebros de ratones diseñados para reflejar una composición genética similar a la de las personas, indicaron los medios, con base en un estudio publicado la semana pasada en Beijing.
El virus mortal es una versión mutada de GX/2017, un primo del coronavirus que se descubrió en pangolines malayos en 2017, tres años antes de la pandemia.
Todos los ratones que fueron infectados con el virus murieron en tan solo ocho días, lo que los investigadores señalaron como una tasa de mortalidad "sorprendentemente" rápida.
- El GX_P2V había infectado los pulmones, los huesos, los ojos, la tráquea y el cerebro de los ratones muertos, al punto de causarles la muerte.
- En los días previos a su muerte, los ratones perdieron peso rápidamente, mostraban una postura encorvada y se movían con extrema lentitud.
- Lo más inquietante de todo es que sus ojos se pusieron completamente blancos un día antes de morir.
Se trata del primer estudio de este tipo que informa de una tasa de mortalidad del 100% en ratones infectados por el virus ligado con el Covid-19, los resultados del estudio no indican claramente cómo afectaría a los seres humanos.
El Dr. Gennadi Glinsky, profesor jubilado de medicina en Stanford, escribió: "Hay que detener esta locura antes de que sea demasiado tarde".
El estudio actual no parece tener ningún vínculo con el Instituto de Virología Wuhan de China, que fue el centro de las teorías sobre fugas de laboratorios en torno a la pandemia Covid-19.
El gobierno chino niega que se haya registrado tal fuga y estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no han podido verificar el origen del Covid-19. En cambio, exigen a China más transparencia.