Australia aprueba ley para el "derecho a la desconexión" laboral

La ley les da a los trabajadores la confianza para enfrentar la constante invasión de sus vidas personales

  • ¿Tu jefe te envía mensajes de texto el fin de semana? El correo electrónico del trabajo hace mucho ruido después de que te hayas ido a casa? Los empleados australianos ahora pueden ignorar esas y otras intrusiones en la vida hogareña gracias a una nueva ley de "derecho a la desconexión" diseñada para frenar la introducción de correos electrónicos y llamadas laborales en sus vidas personales.

La nueva norma, que entró en vigor el lunes, significa que los empleados, en la mayoría de los casos, no pueden ser castigados por negarse a leer o responder a los contactos de sus empleadores fuera del horario laboral.

Los partidarios dicen que la ley les da a los trabajadores la confianza para enfrentar la constante invasión de sus vidas personales por correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas laborales, una tendencia que se ha acelerado desde que la pandemia de covid-19 alteró la división entre el hogar y el trabajo.

Los australianos trabajaron una media de 281 horas extras no remuneradas en 2023, según una encuesta del año pasado por el Australia Institute, que estimó el valor monetario de la mano de obra en 130 mil millones de dólares australianos (88 mil millones de dólares).

Los cambios añaden a Australia a un grupo de aproximadamente dos docenas de países, principalmente en Europa y América Latina, que tienen leyes similares.

PERMITIDO CONTACTAR A TRABAJADORES

Para atender emergencias y trabajos con horarios irregulares, la norma aún permite a los empleadores contactar a sus trabajadores, quienes solo pueden negarse a responder cuando sea razonable hacerlo.

Determinar si una negativa es razonable dependerá del árbitro industrial de Australia, la Comisión de Trabajo Justo (FWC), que debe tener en cuenta el rol del empleado, las circunstancias personales y cómo y por qué se hizo el contacto.

Tiene la facultad de emitir una orden de cese y desistimiento y, en su defecto, imponer multas de hasta 19 mil dólares australianos para un empleado o hasta 94 mil dólares australianos para una empresa.

La presidenta del Consejo Australiano de Sindicatos, Michele O'Neil, dijo que la salvedad incorporada en la ley significaba que no interferirá con solicitudes razonables. En cambio, evitará que los trabajadores paguen el precio de la mala planificación por parte de la dirección, afirmó.

Citó a un trabajador no identificado que terminó un turno a medianoche, solo para recibir un mensaje de texto cuatro horas después y decirle que regresara al trabajo a las 6:00 de la mañana.