Al menos 100 personas, incluidos niños, murieron en un doble atentado con coches bomba en una concurrida avenida en Mogadiscio, indicó este domingo el presidente de Somalia, Hasan Sheikh Mohamud.
- Un precedente balance era de nueve muertos.
Los dos vehículos cargados de explosivos estallaron en la transitada intersección Zobe, de Mogadiscio, y a la explosión siguió un tiroteo cerca del ministerio somalí de Educación.
Las explosiones en horas de la tarde del sábado reventaron ventanas de edificios cercanos y lanzaron esquirlas y nubes de humo y polvo al aire.
El ataque ocurrió en la misma intersección donde se produjo un atentado el 14 de octubre de 2017 con un camión cargado de explosivos que dejó 512 muertos, además de 290 heridos.
Este tipo de atentado -que no fue reivindicado de inmediato- suele ser atribuido por las autoridades somalíes a los milicianos yihadistas de Al Shabab, que atacan periódicamente la capital y las principales ciudades de Somalia.
- Los yihadistas han intentado durante 15 años derrocar el frágil gobierno somalí, que cuenta con apoyo internacional.
Según un testigo, Abdirahman Ise, había mucha gente en la carretera en torno al ministerio de Educación en el momento de la primera explosión.
Los shabab revindicaron la semana pasada un ataque contra un hotel en la ciudad portuaria de Kismayo, que causó nueve muertos y 47 heridos.
Estos últimos meses, estos yihadistas han aumentado su actividad en Somalia, un país muy pobre del Cuerno de África, en especial con un espectacular asalto de 30 horas de duración a fines de agosto contra un hotel de Mogadiscio.
Tras este ataque, que dejó 21 muertos y 117 heridos, el presidente Hasan Sheikh Mohamud había prometido una "guerra total" para eliminar a los shabab, e instó a la población a "mantenerse al margen" de las zonas controladas por los islamistas, pues éstas iban a ser objeto de futuras ofensivas gubernamentales.
Además de la insurrección shabab, Somalia está asimismo amenazada por una hambruna inminente, provocada por la mayor sequía registrada en el país desde hace más de 40 años.
En todo este país, 7,8 millones de personas --es decir, la mitad de la población-- está afectada por la sequía, y 213.000 están en peligro de gran hambruna, según la ONU.