Nueva Zelanda registró un número récord de casos de covid-19, mientras manifestantes contra las vacunas festejaron el intento fallido de la policía de despejar los vehículos que bloqueaban las calles alrededor del parlamento.
La nueva variante ómicron continúa propagándose por todo el archipiélago, en gran parte inmune al virus hasta el mes de agosto.
Se registró un total de solo 53 muertos por cada cinco millones de habitantes, a pesar de esto, los manifestantes decidieron protestar contra las medidas sanitarias y la política de vacunación del gobierno.
Inspirados por los autoproclamados "convoyes de la libertad" canadienses, bloquearon la semana pasada carreteras con coches, camiones y autocaravanas antes de acampar en el césped del parlamento en el centro de Wellington.
En la última semana, la situación se estancó y la policía se mostró pasiva, con la excepción de los violentos enfrentamientos del 9 de febrero, que dieron lugar a la detención de 122 manifestantes.
Es por ello que elementos policiacos endurecieron el tono el martes por la noche, calificando las manifestaciones de "inaceptables" y anunciando grúas para despejar las calles.
El comisario de policía Andrew Coster afirmó que había pedido ayuda al ejército y advirtió que cualquier persona que obstruyera la operación "inminente" podría ser detenida.
Sin embargo, no se desplegó ninguna grúa el miércoles, cuando la policía trató de tomar el control de una zona cercana a los vehículos estacionados, fueron recibidos por manifestantes en masa, que aplaudieron al ver que las fuerzas de orden se retiraban.
El subcomisario Richard Chambers defendió el enfoque prudente adoptado por la policía debido a la presencia de niños en los campamentos improvisados.
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