Luca Trapanese es un hombre italiano de 43 años de edad, soltero, gay y católico, que en 2017 le cambió la vida a una bebé con Síndrome de Down, la cual había sido rechazada por 20 familias adoptivas debido a su condición.
La historia de Luca con Alba, su pequeña hija, rompe con todos los estereotipos sociales sobre la familia y la paternidad.
Todo empezó cuando Luca Trapanese tenía 14 años de edad. Su mejor amigo, Diego, tenía cáncer terminal y decidió no separarse de él. Ambos recorrieron juntos ese doloroso camino hasta a muerte de Diego. La pérdida de su mejor amigo hizo que Luca entendiera el significado de lo que era vivir con una enfermedad.
Tras esta difícil situación, Luca se hizo voluntario en una iglesia de Nápoles en la que ayudaba a personas con enfermedades críticas y niños con discapacidad.
Fue ahí cuando se dio cuenta que su vocación era ayudar a la gente necesitada y pensó que la mejor manera de hacerlo era convirtiéndose en sacerdote.
A los 25 años de edad, Luca entró al seminario. Pasó dos años ahí hasta que conoció a un chico ¡y se enamoró de él! Decidió dejar los estudios eclesiásticos y comenzó una historia de amor que duró 11 años, incluso, ambos fundaron su propia organización de caridad en Nápoles. La pareja siempre hablaba de adoptar un hijo y coincidían en que tenía que ser un pequeño con alguna discapacidad. Pero la relación llegó a su fin y aunque Luca aún quería ser papá, en Italia las personas solteras no podían adoptar.
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A inicios de 2017, Luca pudo postularse como padre adoptivo. Le dijeron que sólo podrían darle niños con enfermedades o discapacidades severas, uno que hubiera sido rechazado por familias tradicionales.
Debido a su historia de vida, este italiano sabía que contaba con los recursos necesarios para hacerse cargo de un niño con estas características.
Luca recibió una llamada que le cambiaría la vida. Le dijeron que tenían una niña para él, de tan solo 13 días de nacida. Su nombre era Alba. La madre la había abandonado al nacer y unas 20 familias adoptivas ya la habían rechazado porque la pequeña padece síndrome de Down.
Luca acudió al hospital a recogerla y en cuanto la tuvo entre sus brazos supo que estaba listo para ser padre; primero pasó unos días a solas con ella y luego la llevó a la casa de campo de su familia para crear vínculos.
Hoy, Alba tiene 3 años de edad y de acuerdo con su padre, tiene una personalidad muy fuerte, aunque como a todo niño, le gusta jugar y bailar todo el día. Alba llegó a revolucionar la vida de Luca y no duda en compartir en redes sociales cada momento especial que pasa al lado de su pequeña.
Luca Trapanese es un padre orgulloso, cuyo plan es pasar el resto de su vida junto a una niña a la que ama profundamente. Lo que nos queda claro es que esta historia derriba muchos estereotipos sobre la paternidad y la familia