A sus 101 años sigue pescando “La dama de la langosta”

Virginia Oliver, de 101 años, maneja con destreza el cuerpo resbaladizo de una langosta.

En su bote frente a la costa noreste de Estados Unidos, Virginia Oliver, de 101 años, maneja con destreza el cuerpo resbaladizo de una langosta mientras coloca bandas elásticas alrededor de sus pinzas, como lo viene haciendo desde que tenía siete años.

"Voy a hacer esto hasta que muera", asegura la mujer de cabellera blanca. "La gente me dice '¿Por qué lo haces?' Porque quiero. Soy lo suficientemente mayor para ser mi propio jefe".  Dijo Virginia

Conocida por sus amigos como Ginny y para algunos como la "Dama de la langosta", ha vivido en Rockland toda su vida, en la misma calle donde nació en 1920.

Virginia se levanta a las 3:30 a.m. y se dirige al mar a las 5:00 a.m. Ya sea en su camioneta o en el Chevy 1956 de Max, madre e hijo conducen hasta una cala privada y van en su pequeño bote hasta el barco de langostas, amarrado más lejos.

Con botas de agua, impermeable y guantes de goma, ella se para sobre el tanque de almacenamiento y toma una por una las langostas para inspeccionarlas mientras su hijo se las pasa.

Una vez que comprueba que la langosta que examina está dentro del tamaño permitido, sujeta sus pinzas con bandas de goma.

"Ella nunca para", comenta Max. "Siempre ha sido así. Está activa todo el tiempo. Siempre en movimiento, ocupada. A veces me cansa solo de pensar en eso".

Al final de la jornada, ambos llevan las langostas a la cooperativa Spruce Head Lobster Pound Co-Op, que ayuda a madre e hijo a obtener un mejor precio mayorista.

Virginia no tiene planes de retirarse pronto. "No quiero estar en una silla de ruedas", dice sin dudarlo.

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