Albania en duelo, tras un violento terremoto que dejó 30 muertos, sigue extrayendo cuerpos de edificios en ruinas el miércoles, al mismo tiempo que duplica los esfuerzos para rescatar sobrevivientes.
Después del terremoto de magnitud 6.4, que tuvo lugar la víspera al amanecer, las autoridades decretaron el estado de emergencia en las dos ciudades más afectadas: Durres y Thumane, al norte de la capital, Tirana.
Desde entonces, los socorristas emprendieron una carrera contrarreloj para encontrar sobrevivientes en las montañas de escombros. Cuentan con el apoyo de más de 200 expertos italianos, griegos y franceses, a los que se suman perros y material especializado.
En Thumane se encontraron por la mañana los restos de una pareja, Pellumb y Celike Greku. Su hijo Saimir fue rescatado vivo la noche anterior, pero falleció en el hospital, explican a la AFP familiares y vecinos.
No se dispone de estimaciones sobre el número de personas que siguen atrapadas, y la cifra de víctimas fatales podría aumentar. El desastre también causó 650 heridos, la mayoría leves.
Este país es conocido por su urbanismo salvaje, especialmente en las zonas turísticas. Según un sismólogo albanés, Rrapo Ormeni, se trata del terremoto más potente en la región turística de Durres desde 1926.