El martes, el Narval salió del Puerto de San Felipe, Baja California, a marcar posibles puntos donde fueron colocadas redes ilegales y el miércoles realizó la revisión a fondo del área, pero no encontró ningún arte de pesca que pusiera en riesgo al mamífero marino en mayor peligro del mundo.
Las operaciones fueron suspendidas por el resto de la semana ante el mal tiempo que se registra en la región, por rachas de viento de más de 51 kilómetros por hora, lo que se mantendrá por alrededor de seis o siete días.
Las redes de enmalle o agalleras, que en la mayoría de las ocasiones miden más de un kilómetro de longitud, son colocadas por pescadores furtivos que buscan capturar ejemplares de pez Totoaba, cuyo buche o vejiga natatoria es altamente cotizada en el mercado negro de China.
Estas artes de pesca prohibidas se convierten en una trampa mortal para la vaquita marina, al caer atrapadas y morir ahogadas, debido a que no puede salir a respirar a la superficie, lo que la tiene al borde de la extinción, ya que se calcula que sólo quedan alrededor de 10 individuos.
Las actividades del Museo de la Ballena y Ciencias del Mar se encontraban suspendidas hasta nuevo aviso, luego de que el 31 de diciembre de 2020, un barco de la organización Sea Sheperd colisionó contra una embarcación menor que estaba realizando acciones ilegales en la Zona de Tolerancia Cero de la vaquita marina, lo que tuvo un desenlace trágico con la muerte de un pescador y graves lesiones a su acompañante.
El Museo de la Ballena y Ciencias del Mar obtuvo una beca de la UNESCO para retomar sus operaciones de retiro de "redes fantasmas" en la región, gracias a recursos económicos del Servicio de Respuesta Rápida (RRF), que lanzó una convocatoria para que ONG's presentaran proyectos en general y pudieran concursar para recibir el apoyo.
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