La noche y madrugada del 19 de junio de 2020, los habitantes de Caborca, Sonora, quedaron atrapados en medio de un fuerte enfrentamiento entre dos grupos del crimen organizado.
Los estallidos de armas de grueso calibre, el olor a fuego y el miedo propagándose en forma de videos que circulaban por las redes sociales, aterrorizaron por horas a la población.
Al amanecer, los habitantes descubrieron vehículos, tráileres, casas y una gasolinería incendiada. A las afueras de la ciudad, tirados sobre la carretera que va de Caborca a Sonoyta, hallaron nueve cuerpos de hombres semidesnudos, apilados unos sobre otros.
Lo que sucedió aquel día en el desierto de Sonora, en los límites de la frontera con Estados Unidos, fue advertido cinco días antes en un reporte de inteligencia enviado a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Entre mayo y noviembre de 2020, la Sedena recibió al menos 24 reportes de inteligencia que dan detalles del conflicto que sostenían en ese momento cuatro células del Cártel de Sinaloa: Los Salazar y Los Cazadores, vinculados a Los Chapitos; Los Gigios, afines a El Mayo, y Los Páez, relacionados con Rafael Caro Quintero. Todos los documentos muestran de fondo la palabra “Confidencial”.
Según los reportes, estos cuatro grupos se disputaban el control del territorio en el desierto de Sonora para el tráfico de personas, drogas y armas hacia y desde Estados Unidos.
En los documentos revisados se informa de hechos violentos ocurridos en los municipios de Caborca, Pitiquito, General Plutarco Elías Calles, Ures, Santa Ana y Magdalena de Kino. El conflicto mayor se sitúa en la región del desierto de Altar, Sonora.
Pero también se advierte sobre posibles hechos futuros y estrategias de los grupos criminales para atacarse entre sí. En los informes se emiten recomendaciones a la Sedena y a la Guardia Nacional para vigilar y aumentar su presencia en determinadas zonas y fechas exactas en que podrían ocurrir enfrentamientos.
En una revisión de notas periodísticas realizada para este trabajo, se encontraron al menos tres hechos de violencia que sí ocurrieron el 14 de mayo, el 19 de junio y el 12 de noviembre de 2020, a pesar de que la Secretaría de la Defensa Nacional sabía de la alta posibilidad de los enfrentamientos desde días atrás.
Un reporte de inteligencia del 12 de noviembre de 2020 enfatiza que los hechos violentos ocurridos ese día ya se habían advertido tres días antes, en una alerta del 9 de noviembre.
Consultado sobre los hallazgos, el analista en seguridad, Alejandro Hope, explica que hay una alta probabilidad de que los reportes de inteligencia deriven de intervenciones telefónicas sin la autorización de un juez, con el único objetivo de dar seguimiento a actores criminales.
Hope detalla que comúnmente las autoridades intervienen las comunicaciones de los criminales para hacerse de información sobre sus actividades, pero no es suficiente para convertirlo en una evidencia ante un juez y que éste autorice una detención o un cateo.
De acuerdo con notas periodísticas, al menos tres de los líderes criminales mencionados en los reportes de inteligencia fueron detenidos y vinculados a proceso en diferentes momentos de 2021 y 2022.
Al respecto, Hope considera que es probable que las autoridades realizaran un seguimiento a las actividades de estos personajes con el objetivo de capturarlos, pero que no intervinieran en sus enfrentamientos para no poner en riesgo la operación.