El confinamiento causado por la pandemia, consumo de paracetamol, ibuprofeno sin vigilancia médica, haberse contagiado con la variante ómicron de covid-19, cuyo virus se alojó por alrededor de 30 días en el intestino, forman parte de las hipótesis del desarrollo de la Hepatitis Aguda Grave de Etiología Desconocida (HAGED) en 11 países, quedando aun pendiente la confirmación la causa del deceso en México por parte del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE), informaron especialistas.
“Hay una teoría muy interesante que dice que nuestros niños al haber estado tanto tiempo en confinamiento por la pandemia se dejaron de exponer a muchos virus durante estos años que estuvieron dentro de casa, y entonces al presentarse nuevamente, al relacionarse nuevamente con otras personas, esos virus que antes no nos estaban causando problemas, pareciera que el niño no tiene la capacidad de respuesta porque estuvo encerrado, por así decirlo.
"Esta es una de las hipótesis que está alcanzando la mayor fuerza, y muy interesante se relaciona que cuando hubo la pandemia de influenza, a principios de 1900 después de que los niños salieron, también se reportó la presencia de una hepatitis, en ese momento no supieron bajo qué condición era”, explicó Ericka Montijo, gastroenteróloga adscrita del Instituto Nacional de Pediatría.
La también integrante de la Academia Mexicana de Pediatría explicó que la alerta por este tipo de hepatitis entre niños de un mes de nacido hasta los 16 años obedeció al hecho de que antes, el 0.5 por ciento evolucionaba a hepatitis fulminante, y ahora las estadísticas se elevan hasta un 10 por ciento, de acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud.
Se trata de un tipo de hepatitis ajena al panel viral conocido por A, B, C, D y E, que ha alcanzado, hasta la fecha, a 11 países, con 169 menores confirmados, de los cuales se ha confirmado un deceso (en Estados Unidos, aún falta definir el de México); 17 han evolucionado “a una hepatitis que ha requerido trasplante; estamos hablando de que se elevó al 10 por ciento, cuando teníamos menos el uno por ciento, por eso se prendió el foco de alerta.
“No confundir que todos evolucionan a hepatitis fulminante. Los datos que tenemos es que los niños se han recuperado bien, siguen bajo seguimiento y vigilancia”, aclaró la especialista tras enumerar, entre otras causantes, el uso sin prescripción médica de paracetamol e ibuprofeno, por ejemplo, que en gramajes no adecuados producen daño hepático.
Si bien, aclaró, Ericka Montijo, hasta la fecha todos los caso que les han llegado al Instituto Nacional de Pediatría corresponden a las hepatitis virales más frecuentes, como la A y B, es importante que los padres consideren una serie de manifestaciones clínicas, piel y ojitos con una coloración amarillenta.
“Otra característica que los papás deben atender es que la orina de ese niño es de color muy oscuro, como si fuera un refresco de cola, café esa orina; incluso los bebés que usan pañal, el pañal se pinta mucho más fuerte, en lugar de ser amarillita se pinta a más café.
"Algunas veces viene acompañado de un cuadro de diarrea, dolor abdominal, náuseas, incluso puede llegar a vómito y fiebre. Éstas son las características en general de cuando una empieza con manifestaciones clínicas”, dijo tras añadir que en epidemiología se está añadiendo casos presentados a partir de 1 de enero del 2022.
Luego de aclarar que antes de que el 5 de abril se diera la alerta en Reino Unido, los CDC de Estados Unidos, en Alabama, ya habían publicado el primer caso desde octubre de 2021.
La especialista explicó que de los 169 casos, en 74 se ha detectado adenovirus, en 20 asociación con covid y en 19 casos coinfección de SARS-Cov-2, lo cual refleja que no predomina un padrón epidemiológico claro.
Sarbelio Moreno, pediatra infectólogo y director de Enseñanza y Desarrollo Académico del Hospital Infantil de México "Federico Gómez", explicó que en la institución solo han recibido casos sospechosos.
Sobre la vinculación con covid, habló sobre la publicación de un artículo, el cual reporta que en los países con reporte de HAGED tuvieron alta circulación de la variante ómicron, que contagio a los menores y muchas veces sin presentar síntomas.
Y en los niños, el virus se quedó en el tracto gastrointestinal por 30 días, causando diarrea, vómito, dolor abdominal.
“El hígado es parte del sistema digestivo y aunque no hubo covid complicado, sí hay alteraciones hepáticas, inflamación multisistémica y síndrome inflamatorio multisistémico que se había visto con la variante delta y ahora, todo indica, está afectando a los niños contagiados con ómicron”.
De acuerdo con una publicación en The Lancet, los investigadores proponen que los casos de hepatitis aguda grave en niños podrían ser consecuencia de la infección por adenovirus, en niños previamente infectados por SARS-CoV-2 o que son reservorios virales, y en quienes un super antígeno generado por el SARS-CoV-2 activa los linfocitos T, provocando un síndrome inflamatorio multi sistémico y con ello el aumento del daño hepático.
Gerardo López, alergólogo e infectólogo pediatra socio titular de la Academia Mexicana de Pediatría, explicó que el sistema inmunológico de los niños contagiados con covid están respondiendo a los adenovirus de una manera exagerada, por lo cual hay lesión hepática, en algunos casos, fulminantes.
Los especialistas coincidieron en mantener las medidas higiénicas de uso adecuado de cubrebocas, no acudir a la escuela en caso de fiebre y diarrea; no automedicarse, ya que la resistencia por uso inadecuado de antibióticos causa más decesos que el VIH, adecuada nutrición y el reforzamiento del sistema inmunológico para regular los mecanismos de defensa.