Cuando el príncipe Harry y Meghan Markle renunciaron a sus roles senior de la monarquía británica, al primer país que llegaron fue a Canadá, en un lujoso rincón de Vancouver escondido entre árboles y con vista al mar.
Incluso, sus vecinos de North Saanich, un tranquilo suburbio de Victoria, en la Columbia Británica, los protegían de fotógrafos y periodistas.
Meses después, la pareja comenzó a buscar su nuevo nidito de amor ahora en Estados Unidos, país de Meghan, donde deseaban poner sus raíces y tener hijos.
Fue gracias a la ayuda del productor Tyler Perry que la actriz y el príncipe tuvieron a dónde llegar porque su nuevo amigo les prestó su propia casa: una hermosa mansión ubicada en la exclusiva zona de Beverly Ridge Estate con ocho habitaciones, 12 baños, enorme piscina, una vista espectacular y lo más importante seguridad privada.
- Tyler, amigo cercano a Oprah Winfrey, formó una relación muy estrecha con los Sussex, a quienes cuidó con su propio equipo de seguridad.
- El productor que se había mantenido al margen de comentar sobre la polémica pareja, por fin rompió el silencio.
Tras ocupar la casa de su nuevo amigo Tyler, Meghan y Harry encontraron su hogar ideal en Montecito, una hermosa casa de más de 10 millones de délares que compraron a través de una hipoteca y, rumoran, con parte del dinero que Diana de Gales le dejó a su hijo. La amistad de Tyler Perry y los duques de Sussex continúa en buenos términos, basta con recordar la felicitación que el productor le dedicó a la actriz en su reciente cumpleaños. "Estoy increíblemente orgullosa de ver lo felices que estás, tu esposo y tus hijos. Me llena de alegría decir feliz cumpleaños princesa Meghan”.