Este sábado en una parroquia de Chihuahua despidieron a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, asesinados en el municipio chihuahuense de Urique.
Con los cuerpos presentes de los fallecidos, se realizó una misa en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Chihuahua, en donde la congregación de esa religión solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador a revisar su estrategia de seguridad pública.
“Los abrazos ya no alcanzan para cubrir los balazos (…) nuestro tono es pacífico pero alto y claro”, sostuvo el sacerdote jesuita Javier Ávila, líder de la comunidad en Cerocahui, Chihuahua.
El sacerdote invitó a que las acciones de gobierno acaben con la impunidad imperante en la sociedad. “Son miles de dolientes sin voz que claman justicia a nuestra nación“.
“No vamos bien, esto es clamor popular, este evento lamentable no es aislado en nuestro país”, añadió.
Javier Ávila también cito lo dicho hace unos días por el Papa Francisco referente al asesinato de Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, “¡Cuántos asesinatos en México!”
Javier Campos y Joaquín Mora, de 79 y 81 años, ejercían su labor en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua y fueron asesinado, junto con el guía de turistas, Pedro Palma, el pasado 20 de junio al interior de su templo.