La Fiscalía General del Estado de Nuevo León ahondará en la investigación de la muerte de Ángela, una adolescente de 15 años que falleció en el interior de un centro de Rehabilitación, dentro del municipio de Santa Catarina.
La asociación civil Documenta dio a conocer que el Instituto de Criminalística y Servicios Periciales de la FGE, difirió con la fiscal de Feminicidios y Delitos Contra la Mujer, Griselda Núñez Espinoza, acerca del tiempo límite de 10 meses que supuestamente tenían las muestras biológicas.
La FGE, con el respaldo del Hospital Universitario, se comprometieron a dar prioridad a la realización de pruebas científicas en las muestras de la menor. Estas se integrarán la carpeta de investigación, en la que serán incluidas entrevistas con testigos que anteriormente habían sido desechadas, y que ahora son cruciales. También serán permitidos peritajes médicos independientes.
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Además de la violación sexual y el feminicidio cometidos en contra de la joven, fue señalado que también sufrió privación de la libertad.
A principios de agosto, seis meses después de su muerte, el caso de Ángela comenzó a circular en redes junto con la etiqueta #JusticiaParaÁngela. Esto después de que una amiga la joven denunció que fue drogada y violada en un centro de rehabilitación en Santa Catarina, Nuevo León, antes de morir.
El testimonio de la amiga de Ángela acusa de negligencia a los encargados de la “Casa De Rescate Jesús Salva A.C.”, pues dice que “la dejaron agonizar y morir sola”, que no trataron de reanimarla y que tampoco llamaron a una ambulancia para que fuera atendida adecuadamente.
La denuncia señaló que fue en la mañana del viernes 28 de febrero cuando los padres encontraron a su hija muerta en un colchón tirado en el suelo del centro de rehabilitación, luego de que fueron llamados con urgencia por la pastora responsable del lugar, Yara Yazmin Jaramillo.
Ángela tenía diabetes tipo 1 y necesitaba una dosis diaria de insulina, la cual era proporcionada por su familia a los pastores encargados de la clínica para que pudieran dársela. Sin embargo, se ha denunciado también que en la clínica se le dejó de suministrar el tratamiento de insulina como parte de un castigo, a pesar de que eso provocaba que Ángela se sintiera muy mal.
El caso se volvió aún más terrible cuando la familia de Ángela fue contactada por Melissa Rodríguez, una empleada que trabajaba en el centro de rehabilitación durante el día, y que les dijo lo que realmente pasó el día en que murió su hija.
La empleada del centro de rehabilitación supuestamente confesó ante un Ministerio Público que Jesús Pérez, el pastor que dirigía el centro, drogó y alcoholizó a las internas, entre ellas a Ángela, para abusar sexualmente de ellas.