Está probado que en la mayor proporción de los hogares en México “no existe un uso eficiente de la energía eléctrica”, sin embargo, esto responde a malas prácticas personales sobre el uso de aparatos electrodomésticos.
Desconocer los alcances de una pantalla, un cable que permanece conectado sin uso, microondas, aparato de sonido, impresora, decodificador, computadora o teléfonos base, entre otros, puede ser la diferencia entre un uso eficiente de energía eléctrica o consumos fantasma que al final se ven reflejados en el recibo mensual.
Esa lucecita “roja” que permanece activa día y noche, aun cuando a apagamos el electrodoméstico, es la prueba de que estamos consumiendo electricidad, práctica evitable con simplemente jalar el cable del enchufe o contacto cuando no está en uso.
El Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE) estima que actualmente el consumo fantasma supone entre un 7 y un 11% del consumo eléctrico de un hogar medio.
Es decir, un hogar que en México tiene conectados los electrodomésticos mencionados puede tener un consumo fantasma por los vampiros energéticos de 153.9 kilowatts-hora, equivalentes a 211.37 pesos anuales que al final tiene que pagar en su recibo mensual.
Esa cantidad de recursos es comparable con 10 litros de gasolina a los precios actuales, 5 kilogramos de huevo o 7.8 kilogramos de tortilla.
Pero el problema es mayor si se considera que el número de usuarios domésticos en todo el país asciende a 40.7 millones de servicios con contratos, significa que la fuga de energía eléctrica por los llamados vampiros energéticos podría ascender a 8 mil 602.7 millones de pesos anuales.
Por si eso fuera poco, el consumo fantasma de electricidad puede provocar que un hogar con tarifa doméstica -que actualmente recibe subsidio- y que consumen el equivalente a 25 kilowatts-hora mensuales, puedan pasar sin saberlo a la tarifa DAC o de alto consumo doméstico, perdiendo el beneficio del subsidio y obligado a pagar la tarifa real por el consumo realizado.
Vampiros energéticos con mayor presencia en alcaldías de la CDMX
En la Ciudad de México por ejemplo, las alcaldías con mayor porcentaje de medidores que se encuentran en la tarifa DAC son: Álvaro Obregón con 17.3% en donde habitan 749 mil 982 personas -datos a 2020-, seguida por Miguel Hidalgo con 14.7% y una población de 364 mil 439 habitantes, y luego Iztapalapa con 9.4% y un millón 827 mil 868 personas.
De acuerdo con un estudio realizado por Luis Alejandro Ramírez-Mancilla y Ricardo Issac Cázares Ramírez, profesores e investigadores que colaboran con el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), la proporción del consumo de electricidad residencial ha aumentado con el incremento de los electrodomésticos y el crecimiento de la población.
La presencia en oficinas, casas o edificios de los llamados “vampiros energéticos”, aquellos aparatos electrodomésticos que “chupan” electricidad mientras están conectados, independientemente de si están funcionando o no, refleja los patrones de consumo de una familia -cada miembro de ella-, empresa o comercio.
Esto se debe a que algunos aparatos tienen integrados dispositivos que los mantienen en una condición conocida como “energía en espera”, porque aun cuando no estén desempeñando su función, siguen consumiendo energía.
Los especialistas del FIDE consideran que ponerle fin a este problema es sencillo: basta con desconectarlos cuando no se estén utilizando.
La recomendación es “jalando de la clavija, nunca del cable, para evitar dañarlo y se sugiere poner contactos con apagador para poder interrumpir el flujo de energía al contacto”.
El estudio Eficiencia en el Uso de la Energía Eléctrica Residencial en la Ciudad de México de Ramírez-Mancilla y Cázares Ramírez revela que la pandemia por Covid-19 mostró la fragilidad del ser humano y dejo a la vista problemas como el consumo energético residencial.
En lugares como la CDMX, añaden, el confinamiento en viviendas mostró que estas “no cuentan con las características adecuadas para uso eficiente de la energía”, dadas las malas condiciones de los cableados, equipos de iluminación o contactos y apagadores.
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A ello se suma que la proporción del consumo de electricidad residencial ha aumentado con el incremento de los electrodomésticos y el crecimiento poblacional, por lo cual la provisión de viviendas adecuadas es un problema que desafía a las economías emergentes.
Hoy es común ver que una vivienda llega a tener más de una pantalla, más cables de celular conectados o más computadoras o teléfonos conectados aún cuando no están en uso.
Existe un escenario, explican, donde la mayor parte de la población seguirá en crecimiento y vivirá en ciudades, según proyecciones del Banco Mundial, por lo que es de vital importancia considerar que las viviendas cumplan con los requerimientos mínimos de uso eficiente de la energía.
La situación se complica por actualmente no existe la capacidad de generar la potencia eléctrica suficiente para abastecer a toda la población si se mantiene el nivel de consumo tradicional, es por ello que, surge la necesidad de implementar planes de concientización acerca del uso eficiente de la energía, los cuales deben ser susceptibles de aplicarse a todos los sectores de la población.