La Escuela de Derechos de las Mujeres Wixárika, Náayeri, O´dam/Au´dam y Mexikan logró reunir a participantes de 105 localidades y comunidades de los estados de Nayarit, Durango y Jalisco, quienes reflexionaron sobre el ejercicio de sus derechos, el cuidado del territorio y de su participación en los procesos de organización política.
Cabe destacar que la escuela fue una petición de las personas participantes del Plan de Justicia, que es un instrumento coordinado por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) para lograr la construcción de la unidad, reconciliación y paz de los pueblos, a través del diálogo y el reconocimiento de sus aportaciones.
A través de las acciones desarrolladas en esta escuela, que se realizaron en distintas fechas durante el primer semestre del año, el INPI, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) brindaron acompañamiento durante los procesos de reconocimiento y construcción de justicia social.
El Conapred, como parte de su estrategia Territorios por la igualdad participó con personas facilitadoras que colaboraron en el intercambio de conocimientos y el diálogo, con una pedagogía crítica y herramientas para reconocer el sentir y opiniones de todas las participantes.
Las mujeres de las distintas localidades y comunidades wixárika, náayeri, o´dam/au´dam y mexikan destacaron la importancia de la organización colectiva y del intercambio de experiencias, entre ellas, la existencia de espacios donde son incluidas y escuchadas para garantizar el ejercicio de sus derechos.
También reconocieron que es necesario fortalecer el principio de colectividad para el bienestar social, así como la necesidad de generar las medidas que faciliten y garanticen su derecho a ocupar cargos en sus gobiernos comunitarios.
La primera jornada de trabajo de esta escuela se realizó en Mezquital, Durango; después en el estado de Nayarit fue en dos sedes (Huajicori y Del Nayar); y en Jalisco se desarrolló en el municipio de Mezquitic.
Para las mesas de trabajo se contó con el apoyo de varias personas promotoras del INPI, así como de facilitadoras-traductoras y capacitación en derechos humanos por parte del Inmujeres.
Desde sus propias voces, las participantes reafirmaron que los derechos humanos están presentes en su vida diaria y están ligados unos con otros e identificaron acciones y posibles soluciones a las problemáticas de discriminación que enfrentan en sus localidades.