La agricultura orgánica, para ser considerada como tal ante los consumidores, debe ser practicada bajo un enfoque de gestión que le permita, amigo agricultor y ganadero, administrar y evidenciar cada uno de los procesos (siembra, producción, cosecha, transformación y comercialización) a fin de garantizar que cumple con la normatividad aplicable en materia de productos orgánicos.
Desde el año 2006, México cuenta con la Ley de Productos Orgánicos (LPO) obligatoria, y cuyo objetivo es promover y regular los criterios y requisitos para la producción orgánica en nuestro país. Es decir, la forma en la que debemos hacer las cosas si deseamos entrar a este mercado, cuyo crecimiento exponencial ya hemos comunicado en semanas anteriores.
El cumplimiento de dicha Ley se respalda con la certificación orgánica, proceso mediante el cual organismos acreditados para ello, constatan que la producción, manejo y comercialización se ajustó a los requisitos establecidos en dicha Ley, su Reglamento y los Lineamientos, así como los estándares internacionales que apliquen en caso de exportación. Se avala con un distintivo que lo define como Orgánico, diferenciándolo de cualquier otro procedente de una producción convencional.
Al igual que en México, son varios ya los países que cuentan con regulaciones similares, haciendo cada día más disponible para el consumidor este tipo de productos sanos, nutritivos y amigables con el medioambiente.
Estados Unidos, Japón y la Unión Europea son algunos de los más importantes, tanto en la exportación como en la importación, que ya se rigen bajo estándares cada vez más estrictos y con los que actualmente México tiene una agenda para lograr las equivalencias entre regulaciones que hagan más ágil y económico el proceso a fin de promover la integración de más productores a este modelo.
Ya lo sabe amigo productor, si desea convertir su producción a orgánica, que espero así sea, deberá llevar una administración más estricta, aplicar las técnicas adecuadas, hacer una gestión responsable de los recursos de su agro ecosistema y cumplir con las disposiciones normativas según sea el caso.
Los ganadores serán el medio ambiente, nuestra salud y usted estimado productor, quien pone los alimentos en nuestra mesa.
Me encuentro con usted la próxima semana para comentar a detalle el proceso de certificación.
Piensa y vive orgánico!
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