Se conoce como violencia obstétrica a una forma específica de agresión, la cual es ejercida por personales de la salud, donde predominan regularmente médicos y personal de enfermería hacia las mujeres embarazadas en labor de parto y el puerperio; este ultimo se refiere al tiempo que dura la recuperación total del aparato reproductor después del parto, que tiene una duración de cinco a seis semanas.
En México, las mujeres se enfrentan a una problemática de violencia que las ataca día con día; en las calles, escuelas, trabajo, hogares e incluso en los hospitales; donde al menos un 32% de ellas han sufrido de violencia obstétrica.
De acuerdo a cifras arrojadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el 32 por ciento de las mujeres entre 15 y 49 años, que han experimentado partos durante los últimos años, han reportado padecer violencia obstétrica en el Estado de Michoacán.
Este tipo de agresión, viola los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; el tipo de situaciones que más se reportan son: que el personal de salud emite gritos y regaños durante la labor de parto, así como una atención tardía de estos, ya que la atención que se les brinda depende de los gritos o quejas que muestra la paciente.
De igual forma, la presión para la colocación de métodos de control, administración de medicación analgésica, ofensas y humillaciones, así como colocación de métodos de prevención a embarazos y la esterilización sin el consentimiento de las víctimas michoacanas.
Pesa a las propuestas para erradicar la violencia de este tipo, aún existen lugares en los cuales se pasan por alto estas acciones, y muchas de las mujeres que acuden a los diversos centros de salud, normalizan estas acciones que llegan a poner en peligro su integridad.
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