El huracán Hilary desde el viernes por la tarde ha mantenido vientos sostenidos de 215 kilómetros por hora, lo que eleva su alerta a la categoría 4 en la escala Saffir-Simpson en su camino hacia las costas de Baja California y Baja California Sur.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), encargada de la monitorización de este tipo de fenómenos, prevé lluvias intensas en el Pacífico mexicano, y algunas precipitaciones menos marcadas en el resto del país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que el Gobierno está pendiente de la tormenta tropical y que el Ejército realiza acciones preventivas con el Plan DN-III, una medida de auxilio para la población que se activa para anticipar cualquier desastre.
El despliegue cuenta con 18.738 militares en los territorios Baja California, Baja California Sur, Jalisco, Colima, Guanajuato y Michoacán.
En Estados Unidos, Hilary ha provocado algo inusual, la primera alerta por tormenta tropical de la historia para el sur de California. Sus lluvias impactarán desde San Diego hasta el condado de San Bernardino el domingo y el lunes.
- El huracán se encontraba a unos 495 kilómetros al sur de Cabo de San Lucas (Baja California Sur) en torno a las 18.00 de la tarde, y se desplaza hacia el noroeste a unos 19 kilómetros por hora. Ha mantenido los vientos de 215 kilómetros por hora en las últimas horas, alcanzando los 260 kilómetros por hora en algunas de sus rachas.
Tanto la Conagua como el estadounidense Centro Nacional de Huracanes (NHC, por las siglas en inglés) han mantenido la zona de prevención por efectos de huracán desde Punta Abreojos (Baja California Sur), hasta San José de Las Palomas (Baja California), ocupando toda la península del Golfo de California.
Las autoridades han alertado a la población por la posible presencia de oleaje que podría superar los cuatro metros en las costas de Baja California.
Las rachas de viento de 280 kilómetros por hora que ha alcanzado durante la madrugada deja un panorama más intenso. Las autoridades consideran que esa categoría —que comienza a partir de los 250 kilómetros por hora— puede provocar daños en estructuras protectoras, el desplome de tejados e inundaciones en terrenos del interior.