El sargazo es un gran problema para los destinos turísticos del Caribe. En la Riviera Maya, los hoteles y el gobierno tienen que lidiar constantemente con la recolección de esta alga en las playas.
Sin embargo, una empresa de origen suizo con sede en México, Geolife, se ha interesado en este problema y ha propuesto una solución.
Esta empresa busca aprovechar el sargazo para energía o en la fabricación de zapatos. Pero para evitar que el alga emane sustancias nocivas para el medio ambiente, al mismo tiempo que acelera su proceso de descomposición, Geolife ha creado un sistema de biodegradación que consiste en verter una solución de bacterias sobre el sargazo. Así, cuando el alga se pudre, ni siquiera emite un olor y esto es lo que permite darle un uso posterior.
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