El Modelo Centinela llegó a México en el 2005-2006 y se elaboró para la vigilancia de la influenza AH1N1, pero en 2008 se reestructuró de una manera más efectiva.
Además, se propuso como un mecanismo para la vigilancia de casos inconmensurables, fenómenos masivos, que ocurren de forma generalizada y son “geográficamente dispersos”.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, reiteró la manera en que realizan cálculos en México para determinar el número de casos positivos de personas con coronavirus, así como las defunciones que éste provoca.
En conferencia de prensa vespertina, detalló que para la Fase 1 se hizo el “caso de contacto”, es decir, vigilar a las personas que estuvieron en contacto con algún contagiado.
Para la Fase 2, al tener más contagios, “ya no era posible seguir la pista de cada una de las personas, por lo que ahora se usa el Modelo Centinela”.
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