En unas semanas más habrá elecciones en el sindicato petrolero (STPRM). Este proceso se tendrá que hacer bajo las nuevas reglas de la Secretaría del Trabajo. Habrá amagos de huelga, había adelantado desde principios de agosto el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Fundada en 1935, la organización sindical tuvo un papel fundamental en la expropiación de 1938, pero después pasó al control de personajes como Joaquín Hernández Galicia (La Quina), Sebastián Guzmán Cabrera y Carlos Romero Deschamps. Ofrecemos la segunda parte de esta revisión de la historia del STPRM, durante años brazo electoral del PRI y ahora en disputa por varios grupos.
AL RELEVO, “EL GÜERO”
Caído en desgracia Joaquín Hernández Galicia (La Quina), asumió Sebastián Guzmán Cabrera, el “Gallo giro”, los primeros días de febrero de 1989. Pero tuvo que salir “por motivos de salud”.
A la renuncia de Guzmán Cabrera a la dirección nacional del STPRM, es designado como secretario interino, Carlos Romero Deschamps, “El güero”, quien ya ocupaba el segundo puesto al mando del sindicato y en noviembre de 1994, como senador por el estado de Hidalgo, resultó electo por unanimidad para asumir de manera oficial como Secretario General para el periodo 1995-2000, logrando reelegirse cuatro periodos más.
Durante años compaginó la actividad sindical con la legislativa, sirviendo al PRI. En la campaña del año 2000 apoyó a la campaña de Francisco Labastida Ochoa, mientras él era candidato a diputado federal.
Sin embargo, el PRI perdió la Presidencia de la República y, en la revisión de los estados financieros de Pemex unos meses después, se descubrió un desvío de recursos de la empresa pública al sindicato por un mil 500 millones de pesos, que presumiblemente fueron a parar al comité de campaña del candidato del PRI.
Sin embargo, en 2006 un tribunal determinó que no había elementos para juzgarlo, pero tampoco fue declarado inocente.
El intercambio de beneficios entre el sindicato y Pemex continuó en las administraciones panistas y priistas, donde al contrario de lo que pasó en 1938, en el año 2013 los líderes sindicales estuvieron a favor de la privatización de la principal empresa púbica del país.
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Hoy Romero Deschamps ha desaparecido de las actividades públicas, después de renunciar a la dirigencia del STPRM, con una jubilación por parte de la petrolera mexicana y con un futuro incierto ante los procesos abiertos en los tribunales.
TIEMPO DE CAMBIOS
El 16 de octubre del año 2019, Romero Deschamps presentó su renuncia como secretario general del STPRM. Ese mismo día el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que será investigado. Tiene al menos dos denuncias por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito ante el Ministerio Público Federal.
La renuncia fue notificada al gobierno Federal, y se estimó que en el año 2020 empezaría el proceso de elección del nuevo dirigente petrolero, y la cartera de Secretario General del STPRM se encuentra vacante.
Hay que destacar que la reforma de la Ley Federal del Trabajo, publicada el uno de mayo de 2019, obliga que las elecciones de sus directivas se realicen mediante el ejercicio del voto personal, libre, directo y secreto de sus miembros, así como rendir a la asamblea cada seis meses, por lo menos, cuenta completa y detallada de la administración del patrimonio sindical.
Será bajo estas nuevas condiciones en la que el sindicato petrolero se incorpore a la vida democrática nacional. Se termina el corporativismo y la triada de corrupción entre líderes sindicales, empresa y gobierno que durante décadas sangraron al pueblo de México.
Las elecciones deben realizarse este año y, mientras tanto, los viejos caciques buscan la manera de adaptarse o ganar tiempo.
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